El virus de la influenza está activo todo el año en Santa Cruz. Ello, sumado a la demora internacional en la dotación de la vacuna, ha desencadenado la última epidemia de AH1N1 que deja hasta el momento 22 fallecidos.
El virus de la influenza ha mutado y vive todo el año en Santa Cruz, a diferencia de otras regiones donde se activa sólo en invierno. Ello, sumado a la demora internacional en la dotación de la vacuna, ha desencadenado la última epidemia de AH1N1 que deja hasta el momento 22 fallecidos. Se prevé un fuerte brote en dos semanas en el altiplano. Urgen las medidas de prevención y la inmunización de los grupos de riesgo.
“La influenza se presenta todos los años en todo el mundo de manera estacional y en el Hemisferio Sur en época de invierno, con picos entre mayo y octubre. Este año el virus AH1N1 es más agresivo, ha cambiado y ahora está activo todo el año en Santa Cruz”, explica el médico inmunólogo Gustavo Tenorio, asesor internacional en enfermedades transmisibles de la OPS (Organización Panamericana de la Salud).
Santa Cruz concentra el 95% de los casos de influenza confirmados en Bolivia. Circulan las cepas B y, abundantemente, la AH1N1. “Durante este año se registraron más de 1.100 casos positivos de influenza en el departamento, de los cuales la mayoría -más de 700- son del tipo H1N1; alrededor de 300 por influenza B y sólo cuatro casos por H3N2”, informó el viernes el director del Servicio Departamental de Salud (SEDES) de Santa Cruz, Joaquín Monasterio.
El departamento cruceño ha declarado Alerta Roja. Se reportan ya 22 fallecidos por influenza. Todos ellos padecían una enfermedad de base. Ninguno acudió oportunamente -cuando aparecieron los primeros síntomas- a los centros médicos.
La vacuna trivalente
“Las 22 personas fallecidas en Santa Cruz por influenza presentaban un cuadro de enfermedad de base, es decir diabetes, hipertensión, enfermedades renales crónicas y cáncer, entre otras patologías -declaró la ministra de Salud Ariana Campero-. Al estar con una enfermedad de base, al estar embarazada, al ser adultas mayores o menores de dos años, sus defensas son más bajas. Lo que hacemos es proteger a estos grupos con la vacuna, ya que hay una inmunodepresión”.
El martes 8 de mayo el Ministerio de Salud inició la campaña de vacunación gratuita contra la influencia en el país. Para entonces se reportaban 600 casos y 21 muertos, principalmente en Santa Cruz. La demora “no fue responsabilidad del Gobierno”, recalca el experto de la OPS.
La vacuna, que es distinta cada año, responde a un complejo proceso que demanda más o menos seis meses. “No estuvo lista antes de mayo ni para Bolivia -que pagó por las dosis ya en junio de 2017- ni para los otros países antes de mayo”, reitera el doctor Tenorio, especialista colombiano que radica en el país hace siete meses.
Cada año se modifica la composición de la vacuna contra la influenza de acuerdo a la previsión de los virus que circularán en el hemisferio Sur y en el Norte. “El lote actual ataca a los tipos AH1N1; B y A H3 N2”. Precisamente las cepas que ahora circulan en el país.
Desde el miércoles, 1,7 millones de dosis de vacunas trivalentes se distribuyen y aplican gratuitamente en el país. Están destinadas solo a grupos de riesgo y vulnerables: niños de seis meses a dos años, personas mayores de 60 años, embarazadas y personas con enfermedades crónicas.
La última pandemia
La Organización Mundial de la Salud (OMS) tiene un Centro Mundial de Vigilancia de la Influenza. Ninguna otra enfermedad merece la atención permanente de un contingente de expertos porque ninguna otra se convirtió en pandemia.
En 2009, la influenza generó la primera pandemia mundial en más de 40 años. Los primeros casos se reportaron en México y Estados Unidos. Desde la frontera la enfermedad se expandió rápidamente a todos los continentes.
Se bautizó como gripe porcina, pues su origen era un virus que los cerdos contraían. Pero mutó y dio origen a una cepa capaz de infectar a los humanos. Murieron miles.
“Los virus, las bacterias y otros microorganismos tienen la capacidad de adaptarse para sobrevivir. Mutan constantemente debido a diversos factores como el cambio climático, la destrucción de su hábitat o el uso de químicos. Cuando se rompe el equilibrio de la naturaleza, ésta responde”, señala la posdoctora en microbiología Tania Pozzo.
El virus de la influenza se presenta en tres tipos: A, B y C. Los virus de tipo A se clasifican en subtipos en función de las diferentes combinaciones que adquieran dos proteínas en su superficie (H y N). De ahí -explica la científica- surgen diversas cepas (AH1N1, H3N2, por ejemplo).
Cuando se aplacó la pandemia, el virus de la influenza siguió circulando de manera estacional, es decir activándose en el invierno con el clima frío. Pero siguió mutando y prueba de ello es que ahora vive todo el año en algunas regiones, como Santa Cruz.
“El virus se transforma, se vuelve más fuerte, por condiciones ambientales o porque precisan vencer a los medicamentos”, asegura el doctor Tenorio. Para contrarrestar ese “robustecimiento” de los virus, la OPS elabora una vacuna precisa para prevenir contagios.
Es un proceso cíclico. Cada año se toman muestras del virus que circula en la temporada invernal del hemisferio Norte y se prepara una vacuna que se suministrará antes de la temporada invernal del hemisferio Sur. Y viceversa.
Brote en el occidente boliviano
De acuerdo a las previsiones de la OPS, el brote de la influenza se aplacará en Santa Cruz pero atacará con fuerza en el occidente boliviano. “En La Paz y tierras altas el pico de la enfermedad será recién en dos semanas; pero ello no significa que haya que bajar la guardia en Santa Cruz. Habrá picos en septiembre y llegarán hasta octubre”, informa Tenorio y pide reforzar la precaución.
De acuerdo a los reportes del Ministerio de Salud, el 95% de los casos de influenza se concentra actualmente en Santa Cruz, el 3% en Beni, 1% en Pando y 1% en La Paz. El viernes, el SEDES Chuquisaca confirmó tres casos positivos de tipo B.
El Gobierno ha asignado ya las vacunas destinadas a los grupos de riesgo a los servicios departamentales de Salud de todo el país, con prioridad en Santa Cruz, que recibió 50.500 dosis.
La Paz dispone de 462.660 vacunas; Cochabamba, de 305.820; Potosí, de 148.420; Chuquisaca, de 102.040; Tarija, de 86.230; Oruro, de 83.740; Beni, de 66.860, y Pando, de 15.830 dosis. “Es importante que se genere un trabajo coordinado entre el nivel de gobierno central, departamental y municipal, porque es una responsabilidad de todos la salud de la población”, dijo el director general de Salud, Rodolfo Rocabado.
“Hay que recalcar que la población en riesgo tiene que vacunarse cada año. En Santa Cruz aunque se atenúe no ha pasado la epidemia; es fundamental la inmunización”, explica Tenorio.
Al médico, al primer síntoma
“El lavado o higienización de manos es la manera más efectiva para evitar la transmisión de la enfermedad. Después está la aplicación de la etiqueta de tos (estornudar en el pliegue del antebrazo) y evidentemente la vacunación de los grupos riesgo”, dijo el experto de la OPS.
Otro factor fundamental para prevenir la enfermedad es acudir a un centro médico ante la aparición del primer síntoma (súbita de fiebre, dolores musculares, cefalea, malestar general, tos seca, dolor de garganta y rinitis). “Hay un tratamiento antiviral que si se aplica en las primeras 48 horas puede paliar la influenza”. Para los grupos de riesgo el tratamiento es gratuito en todos los centros de Salud.
El experto de la OPS asegura que Bolivia está preparada para combatir la enfermedad. “Hay nueve hospitales centinelas, están los medicamentos, la vacuna y el personal preparado. Ahora se trata de que el ciudadano contribuya guardando reposo si está enfermo, lavándose las manos y siendo responsable con su salud y la de los demás”, finaliza el doctor Tenorio.
Fuente: Página Siete