Los autores son las parejas o exparejas de las víctimas, quienes utilizan un alto nivel de violencia. Desde 2013 hasta marzo de este año, hubo 333 feminicidios.
Uno de los hechos que conmocionó al país fue el feminicidio de las hermanas Carmen y Patricia Caballero en Cochabamba, ocurrido en julio. Ambas fueron acuchilladas al menos 20 veces por sicarios contratados por el exesposo de una de ellas. Las hijas de las víctimas fueron testigos de los dos crímenes.
Los feminicidios en Bolivia tienen dos características, según un recuento de los casos registrados: son violentos y las víctimas mueren al ser estranguladas o apuñaladas.
La Fiscalía reportó que de enero a septiembre de este año se reportaron 73 feminicidios en todo el país. La Paz tiene la mayor cantidad de estos casos. En Chuquisaca hubo seis casos; en Tarija, cuatro; en Cochabamba se registraron 19; tres en Potosí; Oruro reportó seis casos; en La Paz se tienen 20 feminicidios, hubo uno en Beni; y, finalmente, 14 en Santa Cruz, según el fiscal general Ramiro Guerrero.
Precisamente en la sede de Gobierno es que la Fiscalía aún busca al autor del crimen de la joven Estephannie Arias, de 26 años de edad, quien fue encontrada sin vida en la autopista La Paz-El Alto. Tenía una herida en el cuello; aparentemente el feminicida, chofer del taxi en el que la muchacha iba, le clavó un destornillador y la muchacha se desangró. Fue calificado de feminicidio porque la joven estaba en una situación de vulnerabilidad.
Desde el año 2013 hasta marzo de este año, según la Coordinadora de la Mujer, al menos 333 mujeres murieron en manos de sus parejas.
En febrero un hombre apuñaló a su esposa, Olivia Perea, hasta matarla y después se quitó la vida.
La causa de este feminicidio fue porque la víctima le había pedido el divorcio a su marido. El hecho ocurrió en vía pública.
La Coordinadora de la Mujer estima que 75 de cada 100 mujeres mayores de 15 años, casadas o que conviven con sus parejas, sufrieron algún tipo de violencia por parte de su pareja en el transcurso de su relación.
El escenario donde murieron las hermanas Caballero era dantesco. Al margen de la sangre en los cuartos y en el patio, el llanto de la hija de una de las fallecidas era desgarrador para los vecinos.
Ellos, al igual que decenas de testigos de otros feminicidios, sólo piden justicia por todas las víctimas.