Representantes de la ONG Human Rights Watch realizan una evaluación.
“Casi doce años después de haber asumido el cargo de presidente de Bolivia, Evo Morales parece estar decidido a aferrarse al poder”, así comienza el artículo de opinión que ayer publicó The New York Times en su página web.
El texto fue elaborado por el director y el abogado para las Américas de Human Rights Watch; José Miguel Vivanco y Juan Pappier respectivamente.
El título en su versión inglés es The Hypocrisy of Evo Morales (La hipocrecía de Evo Morales); mientras que la traducción -que ofrece la misma página- es: “Evo Morales manipula los derechos humanos para aferrarse a la presidencia”.
El artículo cita tres acontecimientos. Primero, la sentencia emitida por el Tribunal Constitucional (TCP) en 2013 que le permitió al Presidente “eludir el límite a las reelecciones y buscar un nuevo mandato”.
Segundo, el referendo del 21 de febrero de 2016 en la que negó la posibilidad de buscar otra reelección; y tercera la “nueva maniobra” del MAS en la que presentó un recurso de inconstitucionalidad ante el TCP afirmando que se viola su derecho humano a participar en política.
“Esta interpretación es francamente un disparate. La disposición de la Convención Americana sobre Derechos Humanos fue concebida para impedir que gobiernos autoritarios se aferren al poder proscribiendo caprichosamente a candidatos opositores y no para bloquear los límites constitucionales a las reelecciones que precisamente buscan evitar el surgimiento de caudillos”, escribieron.
“Además de descabellado, el nuevo intento de Evo Morales por mantenerse en el poder invocando normas de derechos humanos es hipócrita. El gobierno de Morales siempre ha sostenido con vehemencia que la soberanía está por encima de cualquier principio internacional de derechos humanos. En 2012, por ejemplo, Morales dijo que la Comisión Interamericana de Derechos Humanos era un ‘instrumento de dominación’ y que estaba considerando abandonarla”. Concluyen afirmando que “es prácticamente seguro que las actuales instancias judiciales de Bolivia no lograrán frenar la operación política de Morales”.
Fuente: Página Siete