La pena de muerte a la que fue sentenciado el joven cruceño Víctor Parada, aún no tiene fecha de ejecución. La Cancillería boliviana envió a una funcionaria diplomática a Kuala Lumpur para revisar el caso
La ejecución de Víctor Parada, el joven cruceño condenado a la horca en Malasia por tráfico de drogas aún no tiene fecha fijada, según informó su padre Isidoro Parada a la Red Uno, por lo cual agotarán los esfuerzos para que la pena sea conmutada o el joven sea extraditado a Bolivia.
El caso recibe apoyo de la Cancillería boliviana a través de la misión diplomática en Perú (donde está la embajada más cercana de Malasia) y envió a Kuala Lumpur a una delegada diplomática de Bolivia en Japón para que intente apelar la sentencia.
La familia pide ayuda
Sus padres, Isidoro Parada y Silvia Vargas, y su hermana Yoli, pidieron ayuda al Gobierno de Bolivia a través de los medios de comunicación. “Tenemos las manos atadas y solo el Gobierno boliviano nos puede ayudar“, manifestó Yoli a la Red Uno e Isidoro clamó que no permitan que su hijo “muera como un perro”.
No puede hablar con él
La última vez que Silvia Vargas habló con su hijo fue cuando él le dio la noticia de su sentencia. Desde entonces, según le informa el abogado que lleva el caso en el país asiático, Víctor está incomunicado en una cárcel donde están los condenados a la horca.
Desde que fue detenido, el 27 de octubre de 2013, Silvia ha hecho todo lo posible por recuperar a su hijo. Durante los cuatro años que estuvo preso sin sentencia, la familia recibió llamadas de personas anónimas que les pedían dinero. “Quería saber si Víctor estaba en manos de una red de narcotraficantes o estaba con la Policía, no sabía si estaba preso o secuestrado“, manifestó Silvia en entrevista con Unitel.