La autoridad dice que no sorprende el rechazo al preacuerdo. Advierte un movimiento político conspirativo detrás del conflicto que se extiende por más de 40 días
Al Gobierno no le sorprende que exista rechazo al preacuerdo. El ministro Carlos Romero señaló que se siente “dolido y traicionado” por la actitud asumida por la dirigencia de los colegios médicos departamentales, que determinó rechazar el documento firmado que pretendía dar solución al conflicto que se prolonga por más de 40 días.
La autoridad calificó de “gonistas” y “recalcitrantes” a quienes asesoran a los representantes de los galenos y lamentó que no exista un diálogo limpio, recordando que existen otros seis acuerdos que se alcanzaron con la ministra de Salud, Ariana Campero.
“Aquí hay otros móviles, otros intereses (…) lo que se firma con la mano se borra con el codo, entonces no hay seriedad, no es una movilización de profesionales en salud, detrás de estos mandiles blancos se está ocultando una movilización política conspirativa”, aseveró en conferencia de prensa.
Explicó que desde el principio del diálogo pidió que se despolitice el tema y que surjan propuestas técnicas que permitan analizar el fondo del asunto, el artículo 205 que sanciona la mala praxis y la creación de una Autoridad de Fiscalización.
“No le vamos a cerrar las puertas al diálogo, pero tampoco nos tomen por tontos”, enfatizó Romero, a tiempo de lamentar que los médicos consulten a dirigentes trotskistas del magisterio, a algunos analistas, diputados de Unidad Demócrata (UD) y al rector de la UMSA, Waldo Albarracín, a quien calificó de “politiquero de última hora”.
El ministro sostuvo que ahora la posición de la dirigencia del Colegio Médico es la anulación completa del Código del Sistema Penal. “Le van a consultar a quienes quieren convulsionar el escenario nacional”, agregó.
Manifestó que esperará la respuesta oficial de la dirigencia del sector en conflicto, pero instó a que se cumpla el preacuerdo y se muestre verdadera voluntad para reanudar la atención a los pacientes afectados por el paro.
Fuente: El Deber