Una mujer de 30 años es acusada de haber golpeado y amarrado en un árbol a su hijo de 7 años. El hecho de violencia infantil es investigado por personal de la Fuerza Especial de Lucha Contra la Violencia (Felcv) de Tarija.

De acuerdo con la denuncia realizada por la abuela del niño, el menor estuvo amarrado por más de 3 hora a un árbol.

Mientras el abogado de la parte demandante, Mario Wayar, señaló que la agresión ocurrió la pasada semana en el interior de un domicilio situado en el barrio San Luis de la capital tarijeña, donde la acusada perdió el control después de enterarse que su hijo de 7 años supuestamente perdió 50 bolivianos en el trayecto del domicilio a la tienda.

La malvada madre azotó al menor con un cinturón de cuero y posteriormente lo amarró a un árbol por varias horas. La extrema violencia llamó la atención de vecinos que comunicaron lo sucedido a la suegra de la agresora, quien minutos después se constituyó en la vivienda y desamarró a su nieto.

Tras sorprender en flagrancia a la violenta madre, la abuela denunció el lunes pasado a su nuera en oficinas de la Felcv y solicitó que sus dos nietos sean valorados psicológicamente. Por su parte, el abogado de la abuela no descartó que el hermano menor de la víctima también haya sido objeto de maltrato físico y psicológico por parte de la progenitora, que deberá presentarse a declarar en la Felcv.

Se conoció que el padre de los niños, de 5 y 7 años, debido a su trabajo se ausenta constantemente al municipio de El Puente, motivo por el cual desconocería lo que sucede con sus hijos.

De acuerdo con la declaración de vecinos, las agresiones físicas y psicológicas serian constantes. Se conoce que muchas veces la mujer habría golpeado a sus hijos en plena calle y ante la mirada de transeúntes. Todas las denuncias son investigadas por la Policía y personal de la Defensoría de la Niñez y Adolescencia.

Estudios científicos evidencian secuelas a corto y largo plazo en los niños y niñas que vivieron una situación de maltrato.

La mayoría presenta sentimientos de temor intenso, baja autoestima, dificultades para el relacionamiento con sus pares y conductas agresivas o extremadamente pasivas.